viernes, 3 de septiembre de 2010
Los jardines de Bilbao en Medellín
Bilbao y Medellín son ciudades hermanas que cada vez más estrechan sus lazos culturales, prueba de ello son los quince jardines bilbaínos de la exposición Urban Garden, una muestra del concurso “Bilbao Jardín” que adornaron las instalaciones de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, en Medellín.
Desde la primavera del 2007 Bilbao es reconocida internacionalmente por sus jardines y paisajismo, cuando artistas plásticos, diseñadores y arquitectos fueron invitados a participar en el Concurso Internacional de Jardines de Bilbao. Cada dos años el certamen convierte la ciudad en un derroche de colores y naturaleza, una mezcla de arte y paisajismo que se exhibe en las plazas públicas de la villa.
Los paisas no tuvieron que viajar para observar los jardines de Bilbao, pues en días pasados se organizó en Medellín una muestra de quince creaciones botánicas, que contenían más de 300 especies de plantas que formaron un esplendido jardín de colores y formas. Los jardines fueron traídos a Medellín por la Fundación Bilbao 700 y la Sociedad Estatal para la Acción Cultura (SEACEX), viajaron a Medellín también la directora de la fundación Begoña Salinas y el concejal del Área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao, José Luis Sabas.
Este espectáculo que apreciamos en las instalaciones de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, mientras la ciudad se preparaba para la Feria de las Flores, evento que se realiza por agosto en Medellín y que destaca las tradiciones de los floricultores de Antioquia. Los jardines bilbaínos viajarán a Nueva York y después a otras ciudades de América para transformar por un tiempo el paisaje urbano en un juego de colores mágico que bien vale la pena visitar.
Autor:
John Alejandro Ricaurte
lunes, 23 de agosto de 2010
TIERRA BENDITA
Este barro que sueña y esta voz de arriería
Y esta fe en el ancestro y esta espina que canta,
Vienen desde el principio de un humilde alfarero
Que en su taller de coplas modeló la montaña
Para que Antioquia fuera en los labios del nieto
Fresca como la historia de una antigua tinaja.
Soy limo de ese abuelo, onda de su latido,
Vibración de su angustia, su sangre en resonancia;
Soy eco de un pretérito que esta noche ha venido
A desandar recuerdos por “trochas” de nostalgia,
Y a bendecir la tierra donde aprendí de niño
Que los hombres se mueren al pie de su palabra.
Hace ya muchas fechas yo era un tallo descalzo,
Un golpe de la sangre sobre tierra mojada;
Crecía con las manos llenas de viento libre
Y con los ojos altos de luz americana;
Mi corazón se hizo con arcilla del monte
Y por eso mi canto pertenece a mi raza.
A la raza que un día… de un año ya remoto,
Obedeciendo al temple de SU ASCENDENCIA VASCA,
Crucificó imposibles a golpes de mazorcas
Y se tomó los cielos a golpes de plegarias.
El pueblo que yo canto fue el que sembró en la Gloria
El Himno de Epifanio y el Héroe del Bárbula.
Recordemos un poco: Mi ancestro montañero
Viene desde unos viejos de tan severa estampa,
Que ni el mismo Unamuno pudo lucir el garbo
Con el que ellos lucieron el calor de su ruana
Ni hubo tanta hidalguía en los Tercios de Flandes
Ni nobleza más alta en las Cortes de España.
Esos viejos queridos eran hombres sencillos,
Con una mansedumbre de Orden Franciscana.
Antes de que la aurora encendiera los trinos,
Ya iban selva adentro empujando las hachas
Para que el sol pudiera acariciar la orquídea
Y secar las maderas del tiple y de la casa.
El hogar antioqueño, ese templo que tiene
Sus pilares hundidos en cimientos del alma;
Esa casita humilde con fogón de tres piedras
Y geranios con luna al pie de las ventanas;
Esas cuatro paredes que custodian el sueño
Del amor que se duerme al pie de las enjalmas.
La casa de los Viejos, donde por vez primera
Jugamos con el trompo azul de una esperanza;
Ese techo que tuvo calor para los hijos
Y un silencio de abuela para toda nostalgia;
La casa que una noche se quedó sin bambucos
Porque el padre y el tiple emprendieron la marcha.
Perdonad que esta tarde, en la voz del poeta
No derramen sus vinos los lagares del alma.
Mi voz está de luto porque he visto la tierra
Multiplicando cruces en campos de labranza,
Y porque he comprendido que al hablar de alegría
Un nudo de silencios me ahoga la garganta.
De aquel tiempo pasado sólo quedan recuerdos;
Somos distinta arcilla en una misma patria;
Ya en el campo no cantan, de noche, los labriegos,
Ni el ángelus le atrae su paz a las campanas;
Hemos asesinado el corazón del niño
Y estamos arrullando en su lugar las armas.
Mi voz, en esta fecha, no es la voz del poeta;
Es la oración sencilla que envía la montaña;
Para que los hermanos le supliquen al cielo
Un humilde vendaje siquiera de esperanza.
Que Dios os pague el brillo que le dais al poeta.
Ya que el poeta es sólo un átomo de patria.
Autor: Jorge Robledo Ortíz
Y esta fe en el ancestro y esta espina que canta,
Vienen desde el principio de un humilde alfarero
Que en su taller de coplas modeló la montaña
Para que Antioquia fuera en los labios del nieto
Fresca como la historia de una antigua tinaja.
Soy limo de ese abuelo, onda de su latido,
Vibración de su angustia, su sangre en resonancia;
Soy eco de un pretérito que esta noche ha venido
A desandar recuerdos por “trochas” de nostalgia,
Y a bendecir la tierra donde aprendí de niño
Que los hombres se mueren al pie de su palabra.
Hace ya muchas fechas yo era un tallo descalzo,
Un golpe de la sangre sobre tierra mojada;
Crecía con las manos llenas de viento libre
Y con los ojos altos de luz americana;
Mi corazón se hizo con arcilla del monte
Y por eso mi canto pertenece a mi raza.
A la raza que un día… de un año ya remoto,
Obedeciendo al temple de SU ASCENDENCIA VASCA,
Crucificó imposibles a golpes de mazorcas
Y se tomó los cielos a golpes de plegarias.
El pueblo que yo canto fue el que sembró en la Gloria
El Himno de Epifanio y el Héroe del Bárbula.
Recordemos un poco: Mi ancestro montañero
Viene desde unos viejos de tan severa estampa,
Que ni el mismo Unamuno pudo lucir el garbo
Con el que ellos lucieron el calor de su ruana
Ni hubo tanta hidalguía en los Tercios de Flandes
Ni nobleza más alta en las Cortes de España.
Esos viejos queridos eran hombres sencillos,
Con una mansedumbre de Orden Franciscana.
Antes de que la aurora encendiera los trinos,
Ya iban selva adentro empujando las hachas
Para que el sol pudiera acariciar la orquídea
Y secar las maderas del tiple y de la casa.
El hogar antioqueño, ese templo que tiene
Sus pilares hundidos en cimientos del alma;
Esa casita humilde con fogón de tres piedras
Y geranios con luna al pie de las ventanas;
Esas cuatro paredes que custodian el sueño
Del amor que se duerme al pie de las enjalmas.
La casa de los Viejos, donde por vez primera
Jugamos con el trompo azul de una esperanza;
Ese techo que tuvo calor para los hijos
Y un silencio de abuela para toda nostalgia;
La casa que una noche se quedó sin bambucos
Porque el padre y el tiple emprendieron la marcha.
Perdonad que esta tarde, en la voz del poeta
No derramen sus vinos los lagares del alma.
Mi voz está de luto porque he visto la tierra
Multiplicando cruces en campos de labranza,
Y porque he comprendido que al hablar de alegría
Un nudo de silencios me ahoga la garganta.
De aquel tiempo pasado sólo quedan recuerdos;
Somos distinta arcilla en una misma patria;
Ya en el campo no cantan, de noche, los labriegos,
Ni el ángelus le atrae su paz a las campanas;
Hemos asesinado el corazón del niño
Y estamos arrullando en su lugar las armas.
Mi voz, en esta fecha, no es la voz del poeta;
Es la oración sencilla que envía la montaña;
Para que los hermanos le supliquen al cielo
Un humilde vendaje siquiera de esperanza.
Que Dios os pague el brillo que le dais al poeta.
Ya que el poeta es sólo un átomo de patria.
Autor: Jorge Robledo Ortíz
jueves, 1 de abril de 2010
Jon Landaburu lingüista vasco
Jon Landaburu lingüista y filosofo vasco, francés y colombiano, dedicado al estudio de las lenguas indígenas Colombianas.
Fue hijo del vicepresidente en el exilio de Euskadi durante la dictadura, estudio en Francia filosofía y lingüística, y llegó a Colombia hace unos 40 años para dictar clases de filosofía.
Trabajó con el reconocido antropologo Reichel Dolmatoff y al parecer fue este trabajo de campo el que lo llevó a interesarse por el paisaje natural y cultural de las selvas colombianas. En especial, en el terreno de la lingüística, por eso fundó en 1983 en la Universidad de los Andes el primer programa académico para preparar investigadores de las lenguas aborígenes y un Magíster de etnolingüística en la misma universidad.
Experto en lenguas aborígenes Landaburu afirma que Colombia es el país con mayor diversidad lingüística en el mundo: más de 65 lenguas indígenas americanas que provienen de alrededor de 21 familias lingüísticas. Las razones para tal diversidad la halla el vasco en que la ¨proliferación de lenguas en las zonas tropicales obedece a que las comunidades no necesitan agruparse para sobrevivir, pues la naturaleza les ofrece, en un mismo lugar, todo lo necesario para su subsistencia¨. Además, porque Colombia esta ubicado en el punto donde convergen los océanos pacifico y atlántico, la cordillera andina y por supuesto las masas continentales del centro y el sur de América, es decir, un sitio privilegiado y paso obligado de culturas en épocas prehispanicas.
Landaburu confiesa que no habla muchos idiomas: además de sus nativos vasco, francés y castellano, habla arawak y un poco de otras lenguas indígenas americanas. Actualmente es director del proyecto del Ministerio de Cultura para recuperar las lenguas que se hablan en Colombia y así evitar su extinción, pues según se cree, desde el período de la conquista a la fecha, se han perdido entre 100 y 200 lenguas en el pais.
Así pues, Landaburu es un ejemplo para seguir, dado que en la actualidad la presión lingüística de las lenguas masivas como el ingles, castellano, francés en occidente y mandarín en oriente entre otras, nos obliga cada vez más a ser monolingues en dichas lenguas. Incluso nos obliga a adoptar una sola lengua para la comunicación internacional, lo que hace despreciar las lenguas minoritarias y que todos adoptemos una etiqueta lingüístico-cultural uniforme y masiva.
Por John Alejandro Ricaurte
Fue hijo del vicepresidente en el exilio de Euskadi durante la dictadura, estudio en Francia filosofía y lingüística, y llegó a Colombia hace unos 40 años para dictar clases de filosofía.
Trabajó con el reconocido antropologo Reichel Dolmatoff y al parecer fue este trabajo de campo el que lo llevó a interesarse por el paisaje natural y cultural de las selvas colombianas. En especial, en el terreno de la lingüística, por eso fundó en 1983 en la Universidad de los Andes el primer programa académico para preparar investigadores de las lenguas aborígenes y un Magíster de etnolingüística en la misma universidad.
Experto en lenguas aborígenes Landaburu afirma que Colombia es el país con mayor diversidad lingüística en el mundo: más de 65 lenguas indígenas americanas que provienen de alrededor de 21 familias lingüísticas. Las razones para tal diversidad la halla el vasco en que la ¨proliferación de lenguas en las zonas tropicales obedece a que las comunidades no necesitan agruparse para sobrevivir, pues la naturaleza les ofrece, en un mismo lugar, todo lo necesario para su subsistencia¨. Además, porque Colombia esta ubicado en el punto donde convergen los océanos pacifico y atlántico, la cordillera andina y por supuesto las masas continentales del centro y el sur de América, es decir, un sitio privilegiado y paso obligado de culturas en épocas prehispanicas.
Landaburu confiesa que no habla muchos idiomas: además de sus nativos vasco, francés y castellano, habla arawak y un poco de otras lenguas indígenas americanas. Actualmente es director del proyecto del Ministerio de Cultura para recuperar las lenguas que se hablan en Colombia y así evitar su extinción, pues según se cree, desde el período de la conquista a la fecha, se han perdido entre 100 y 200 lenguas en el pais.
Así pues, Landaburu es un ejemplo para seguir, dado que en la actualidad la presión lingüística de las lenguas masivas como el ingles, castellano, francés en occidente y mandarín en oriente entre otras, nos obliga cada vez más a ser monolingues en dichas lenguas. Incluso nos obliga a adoptar una sola lengua para la comunicación internacional, lo que hace despreciar las lenguas minoritarias y que todos adoptemos una etiqueta lingüístico-cultural uniforme y masiva.
Por John Alejandro Ricaurte
sábado, 9 de enero de 2010
Boletín Centro de Estudios Vascos de Antioquia
A partir de este mes de enero del 2010 el Centro de Estudios Vascos de Antioquia enviara a los interesados vía e-mail un boletín en el que podrás encontrar noticias, historia, genealogía, arte y cultura.
Para recibir el boletín debes escribir a cualquiera de los siguientes correos: centroestudiovascoantioquia@gmail.com, culturavascoantioquia@gmail.com, centrovascoantioquia@yahoo.es
Para recibir el boletín debes escribir a cualquiera de los siguientes correos: centroestudiovascoantioquia@gmail.com, culturavascoantioquia@gmail.com, centrovascoantioquia@yahoo.es
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