domingo, 13 de diciembre de 2009

Traspasos culturales de aquí y de allá

El contacto entre personas de dos culturas distintas produce una simbiosis que bien vale la pena rescatar debido principalmente a que enriquece y aporta a ambas culturas. Precisamente, este es uno de los objetivos del blog: seguir en este camino de doble vía mostrando cómo lo de allá ha influencio lo de acá y en sentido contrario como lo de acá aportó a lo de allá.

Uno de esos aspectos en los que se pueden encontrar analogías, traspasos y mezclas culturales es la gastronomía. Esto supondría que los vascos han influenciado la cultura alimentaria de América y que los americanos hemos alterado los hábitos alimenticios de los vascos y europeos (papas, chocolate, maíz, entre otros).

Sirva como ejemplo que en la llamada bandeja típica paisa encontramos elementos de aquí y de allá, que son conocidos y empleados por los vascos como: el chorizo, la morcilla, los frijoles y la arepa.

No es nuestro propósito afirmar que la comida de Antioquia es similar a la de Euskadi, entre otras cosas porque es una gastronomía muy variada y una de las mejores del mundo, además, no tenemos una investigación antropológica exhaustiva al respecto que confirme o desmienta los parecidos. Simplemente quisimos emplear los relatos de un viajero que nos escribió desde Vizcaya, quien se sorprendió al encontrar estas similitudes alimentarias, mostrándonos, al igual que otros tantos vascos que opinaron al respecto, que para un vasco no es muy exótico degustar una bandeja paisa, pues aunque si es desconocida la forma en que en Antioquia se sirve, los elementos antes mencionados nos muestran que también hacen parte del patrimonio alimenticio de Euskadi.

Sin más preludios, enseñamos lo que nos escribió Eneko Unzueta en sus recuerdos de viajes por Colombia:


Buenas,
Desde luego una sorpresa encontrar este blog, aunque sabía que en Medellín hay mucha gente y apellidos de origen vasco, que enseñen euskera me parece impresionante. Me gustaría que me comentaran cuanta gente aprende o como es ese centro.
Yo soy vasco, Bizkaino. Y viví con un paisa en Bogotá. Por eso una vez que me hacia el recibo del arrendamiento me puso Ortiz Aguirre, y yo coño, tu podrías ser presidente del PNV...(Aunque lo sabrán, es un partido nacionalista en el país vasco y los candidatos siempre suelen tener apellidos vascos). Le dije que esos apellidos eran de origen vasco aunque el no sabia nada de lo vasco.
Bueno, además de saludarles quisiera comentarles como anécdota una cuestión. He escuchado que los paisas dicen que las arepas son originarias de Medellín, aunque me dijo uno de Bucaramanga que no era así, que eran de Bucaramanga. Pues quisiera dejarles porque me parece chistoso, alguna hipótesis que improvise sobre la cultura gastronómica y la influencia de los vascos en esta. Es seguro que si hubo mucho vasco por Colombia, que también se trajeran una cultura alimentaria, y si encontraron productos similares aquí y allá, hubiera habido algún tipo de influencia. Lo que no se es si del País Vasco a Colombia o al revés.
Me sorprendió cuando me dijeron que los paisas comían muchos frijoles, y en sopa, no secos como en Bogotá. Ya que en el país vasco, siempre los abuelos decían que antes se comía todos los días frijoles allá. Y pues no se si del País Vasco a Colombia o al revés pueda haber habido alguna influencia, ya que pues lo frijoles traídos de América son relativamente nuevos en Europa, allá se llaman en diferentes dialectos, babarrunak, indidxabak o inddarra... los últimos dos con el distintivo de que son producto de las indias. Igual todo esto me sorprendió. Y a un vasco le pones un buen plato de frijoles en la mesa y te lo agradecerá para siempre, eso si, no con agua panela con limón, sino con vino tinto.
Y luego la otra es que nosotros tenemos una arepa tradicional allá, que se llama "Talo", que también es finita y circular al tamaño de la paisa, aunque se hace con maíz amarillo o rojizo, lleva sal y por lo tanto el sabor es un poco más fuerte.
Les deseo suerte y que les vaya bien, por curiosidad quisiera saber eso, haber cuantas personas nacidas en Antioquia han aprendido euskera.

Saludos Cordiales eta Ongi izan,
Eneko de Untzueta.


Publicado por: John Alejandro Ricaurte

jueves, 3 de diciembre de 2009

EUSKARAREN NAZIOARTEKO EGUNA

Gaur, Abenduaren 3a, Xabierko Frantziskoren eguna, Euskararen Nazioarteko Eguna ospatuko dute Euskal Herriko eta Munduko.

Hoy, 3 de diciembre, día de Francisco Javier, se celebra el Día Internacional del Euskera en Euskal Herria y el Mundo.

Zorionak EUSKARAREN NAZIOARTEKO EGUNea.

martes, 17 de noviembre de 2009

5 AÑOS C.E.V.A.

En la celebración estuvieron presentes los alumnos de euskera, visitantes del blog, amigos y familiares del Centro de Estudios Vascos de Antioquía.


Momentos de la celebración del Centro de Estudios Vascos de Antioquía.


Cartel de bienvenida del evento.


Unos amigos del Centro de Estudios Vascos en la barra.


Algunos alumnos del curso de euskera y sus amigos.



Amigos del Centro de Estudios Vascos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Aniversario del Centro de Estudios Vascos

Evento: Celebración aniversario Centro de Estudios Vascos de Antioquia
Fecha: Sábado 14 de noviembre del 2009
Lugar: Portón de Sur (ubicado en Caracas con El Palo).
Hora: 4:00 p.m.


El próximo sábado 14 de noviembre, se celebrará el aniversario número 5 de la creación del Centro de Estudios Vascos de Antioquia, en el que habrá cine, música y gastronomía vasca.

martes, 14 de julio de 2009

Me gusta vivir aquí, pero soy una ciudadana del mundo

Carolina vino a Euskadi por amor; tan sencillo y tan complejo como eso. En Colombia tenía su vida y, aunque se había planteado estudiar fuera, no imaginó que iba a emigrar. «He viajado mucho y hasta viví un año en Londres, pero esto fue diferente. Aquí llegué por casualidad, destino y amor», dice como anticipo de una «historia de novela».
Tiene razón cuando lo afirma: su historia es para novelar. Pero en lugar de mantener el suspense, añadirle intriga o generar tensión, aquí vamos a darle la vuelta y a empezar por el final. Carolina se casó con su amor platónico de la infancia; un chico al que miraba de lejos mientras practicaba deporte en la escuela. Luego la vida los separó en distintos momentos, pero también supo hacer que se reencontraran. Tanto es así que, cuando decidieron casarse, no celebraron una boda, «sino cuatro». Perdón... ¿cuántas? «Cuatro», repite entre risas esta joven colombiana que llegó a Euskadi hace un lustro con la ilusión de ver mundo.
Sentada en la terraza de un céntrico café, Carolina Aristizábal Uribe se dispone a compartir su historia. Sus apellidos llaman la atención. ¿De verdad ha nacido en Colombia? Esa es la pregunta que, según cuenta, más le hacen los bilbaínos. «Mis cuatro apellidos son vascos -desvela-, aunque yo no lo tenía tan claro hasta que llegué aquí. Lo que sucede es que en Antioquia, el municipio donde yo vivía, la inmigración vasca es muy fuerte. La mayor parte de la población tiene ascendencia en Euskadi», precisa.
Y es que Colombia, como bien apunta, es un crisol de culturas y etnias; un «país heterogéneo y variado» que no se corresponde con el estereotipo que suele proyectar.
En esa misma línea, el proyecto migratorio de esta joven tiene muy poco que ver con el común denominador de la necesidad. «Yo vine al País Vasco porque aquí estaba viviendo mi marido. Él también es colombiano y había llegado mucho antes a Bilbao. Le trajeron desde allá para que formase parte de un proyecto que, en principio, iba a durar seis meses -detalla la joven-, pero el tiempo fue pasando y se quedó».
Lo singular es que, cuando él vino, no sólo no estaban casados sino que, además, ni siquiera eran novios. «Habíamos ido al mismo colegio cuando éramos niños y yo siempre lo miraba, pero como él era más grande, no me hacía ni caso -recuerda divertida-. Poco después me cambié de escuela y, durante muchos años, le perdí la pista».
Sin embargo, tenían amigos en común y volvieron a encontrarse cuando eran universitarios. Eso sí, tuvo que pasar más tiempo para que la relación se consolidara. «Nos vimos una vez más, de casualidad, en Colombia. Él estaba allí de vacaciones, porque ya vivía en Vizcaya, y fue un flechazo. Empezamos a salir y, cuando él volvió para aquí, la relación siguió a distancia», explica Carolina.
Las bodas, los amigos
En 2003 vino por primera vez a verlo. «Pasamos unas semanas estupendas y aprovechamos también para recorrer otros países de Europa», dice ella que, ya entonces, tenía idea de venir a estudiar. «Siempre me había planteado hacer el posgrado en Barcelona, pero como él estaba aquí, decidí hacer el master en Deusto». Y, de paso, casarse. «La primera boda fue por poderes. La segunda fue aquí, y de sorpresa, organizada por los amigos de mi marido. La tercera fue en Colombia, con las familias de ambos y los amigos de allí. Y la cuarta fue más íntima, en la iglesia, con nuestros padres y el sacerdote», enumera Carolina con una capacidad de síntesis sorprendente.
«Los amigos vascos han sido muy importantes -reflexiona-. Tanto los compañeros de trabajo de mi marido como los míos son personas excepcionales que nos han acogido muy bien. Me considero muy afortunada ya que, cuando vine, estaba todo hecho: la casa puesta, la vida armada... Muchos vienen sin nadie ni nada, sin un proyecto fijo ni herramientas para desenvolverse. Eso sí que es duro. Yo estoy aquí porque quiero y me gusta, no por obligación, así que me siento una ciudadana del mundo. Por eso es importante trabajar para la integración real», dice Carolina, que ahora mismo forma parte del equipo que coordina el Festival Gentes del Mundo, que se inaugura el próximo 14 de septiembre.

Tomado de: Laura Caorsi, El Correo Digital, Bilbao, 2009

jueves, 9 de julio de 2009

Poema al tiple de Jorge Robledo Ortiz

En esa caja de madera frágil, de cintura de mujer y
anatomía de violín maicero, está el proceso anímico
de una raza invencible, de un pueblo nacido para la
grandeza, para la conquista y el triunfo.

Un tiple fue el compañero de nuestros abuelos cuando
se aventuraron en la selva a sembrar caseríos y a descuajar
el porvenir. En sus cuerdas está la historia de todos los maizales
de Antioquia y del Quindío, de los cafetales que crecen a la sombra
de los yarumos y de las chapoleras en flor; de los arrieros de Bolívar
y del Cauca, de Anserma y de Sonsón, de esos hombres
que se enfrentaban al monte y al camino sin otras armas que un
escapulario, un corazón sin miedo y una frente limpia como sus
apellidos de ascendencia vasca.

Por las cuerdas de un tiple descendían los mineros al
socavón para arrancarle a las entrañas de la tierra
el oro para la argolla de la amada y el resplandor
para la custodia de la iglesia campesina.

Un tiple ha sido el consejero inseparable de nuestros
ingenieros. Ellos saben que antes de nivelar el teodolito,
es preciso apretar las clavijas de ese instrumento que
les ha de recordar la buena fe, el cumplimiento, la
responsabilidad y la entereza de unos viejos cuya palabra
valía más que una escritura.

Cuando un tiple suena, el alma tiene temple de virilidad
y las manos que lo rasgan son callosas y los ojos son
firmes y el gesto es resuelto y el amor es sincero.
Para que un tiple suene con su sabor de casta, es preciso que
esté respaldado por diez generaciones de hachas, que se
estremezca con el recuerdo del abuelo y que se conozca de
memoria todos los senderos de arriería, todas las fondas
camineras, las fatigas del trabajo y las alegrías y penas del amor.

El tiple que descansa en un clavo y recuesta su carga de
bambucos a la blanca pared de la casita campesina, tiene
nuestro mismo apellido y se sabe los nombres de nuestros
seres queridos. Cuando lo tomamos en las manos, nos
parece que acariciamos el cofre de la abuela; la trenza
sin pecado de una novia lejana que se peinaba con la misma
loción con que se peinan la yerbabuena y el tomillo; el rústico
bastón que servía a nuestro padre para apoyar su buena voluntad
y la paz de esas horas en las que Dios llenaba todos los rincones
del alma y la vida era simple y abierta como los corredores,
por donde se entraba el crepúsculo en busca de canciones.

En el tiple están los sueños de los hijos, la juguetona
inexperiencia de los nietos, la oración de la madre, el
retorno del hermano mayor, el canto de un río que se quedó
en la infancia, la copla del arriero, la madrugada de los surcos,
las noches que en Titiribí copaban los socavones para jugarse
al dado una constelación y las serenatas que servían de prólogo
a un nuevo hogar honrado, con manteles humildes, con pan en
abundancia y con la fe colgada como una hamaca entre el crucifijo y los maizales.

Tomado de: David Puerta Zuluaga, Los caminos del tiple, Bogotá, El Tiempo, 1985

sábado, 4 de julio de 2009

La gente cree que soy un reintegrado reciente

Su apellido engaña. Ricardo Aristizabal no es vasco. Nació en Medellín (Colombia) hace 40 años y pisó Euskadi por primera vez en 1991. «¿La gente cree que soy un reintegrado reciente! Suelen confundir mis orígenes». Y se explica: «Había acabado la carrera y me vine para ver qué tal se vivía por aquí, casi de excursión. Mi intención era quedarme un año y luego regresar, pero...». Pero no lo hizo. Fijó su residencia en Vitoria y se metió en política. Los últimos cuatro años ha ejercido como apoderado en las Juntas Generales de Álava y ahora aspira a convertirse en concejal en la pequeña localidad alavesa de Asparrena. Es el número dos en las listas del PSE, que pretende desbancar a EA de la casa consistorial de este municipio agrícola y ganadero.

Aristizabal se gana la vida como arquitecto. Casado y sin hijos, ya intentó el asalto a la Alcaldía de Asparrena en 2003, pero EA se llevó el gato al agua. «Me faltaron unos pocos votos. A ver si ahora tengo más suerte». Este colombiano amable y de habla exquisita, se convirtió en español en 1994 -«tres años después de mi llegada»- y siempre estuvo ligado a los movimientos sociales. Un día le picó el gusanillo, «me interesaba mucho el panorama político vasco», y decidió dar un paso adelante. «Me hice militante del PSE. ¿Por qué? Porque sus ideas se acercan a mis convicciones». Si sale elegido esta vez, promete que se volcará con el tema del agua, el medio rural y los transportes. «Qué le voy a hacer, la política es mi vocación».

Cuando se le pregunta por la posibilidad de que voten los residentes extracomunitarios en las elecciones municipales, Aristizabal responde con un sí 'matizado'. «Estoy a favor de que lo hagan, pero habría que poner una serie de criterios y límites. ¿Sólo en las locales o también en las autonómicas? Habría que trabajar en este terreno».

Tomado de: El Correo Digital, Bilbao, 2007

sábado, 20 de junio de 2009

Dos monjes navarros en Antioquia

Dos niños corren alegres sobre el irregular empedrado de uno de esos pueblitos navarros del norte de España, cuya pobreza secular mantuvo congeladas en el tiempo las viejas construcciones de inspiración campesina y convirtió a esas villas, décadas más tarde, en excepcionales lugares de solaz turístico.

Los viajeros de la Unión Europea de hoy, que se recrean en la sencillez arquitectónica de esos añejos edificios, sobrevivientes a la fulgurante modernización española de finales del milenio, no tienen cómo percibir los dramas cotidianos que se desarrollaban en tan bucólica simplicidad en la época que nos interesa, los comienzos del siglo XX. Nosotros tampoco tenemos cómo penetrar en la bruma de los tiempos, pero sí podemos imaginar alguna de esas escenas con la ayuda de esos relatos que el padre José María dejaba escapar del armario de sus recuerdos en algún momento de su, al mismo tiempo, dolorosa y reconfortante nostalgia.

Ángel y Pepe desafían con sus pantalones cortos el casi glacial frío decembrino, y recorren las calles del pueblo saltando y riendo, aferrando fuertemente contra su pecho los víveres recién comprados por encargo de sus madres en la única carnicería del lugar. De repente el infantil y despreocupado regocijo es interrumpido por un estruendoso llamado que resuena desde el interior de una rústica edificación, en la que al parecer se trabaja la madera, a juzgar por el aserrín y los restos acumulados en el portal del establecimiento.

¡Pepe! ¡Pepe!, insiste con retintín de regaño y algo de furia la fuerte voz que inunda toda la calle sin sorprender a nadie al parecer, pues los vecinos ya están acostumbrados al vozarrón de su vecino, el carpintero. A Pepe, sin embargo, se le congela la columna vertebral al escuchar la voz de su padre y sus rodillas desnudas y casi moradas por el frío comienzan a temblar sin obedecer a su amo.

Ante los nuevos y más conminatorios llamados, es Ángel quien reacciona y con la fuerza de sus escasos siete añitos arrastra a Pepe hacia la puerta de la carpintería y bombardea al furibundo carpintero con una perorata interminable sobre cualquier tema, haciendo tiempo para que su amiguito recobre la compostura y pueda responder adecuadamente al imperativo llamado.

El robusto carpintero, que resopla como un fuelle, con la cara enrojecida por el esfuerzo del martilleo y por su connatural impaciencia, apenas sí atiende la retahíla infantil y dialéctica de Ángel. Mira con rostro torvo al asustado Pepe, quien al final toma aliento y comienza a contestar al sempiterno interrogatorio. Con una mirada de lechuza expectante, propia de su temperamento conciliador, Ángel finalmente calla y se limita a atender el diálogo entre padre e hijo en perfecto silencio.

En su mente repite las preguntas y respuestas que se sabía de memoria antes de que los dialogantes las pronunciaran, sobre por qué no había contestado rápido a su llamado, qué estaba haciendo por ahí perdiendo el tiempo en lugar de ayudarle en la carpintería, o por qué había comprado el chorizo tal o cual, que él siempre le había dicho a su endiabladamente terca mujer que era menos bueno o más caro o cualquier otra cosa.

Terminado el interrogatorio, que como siempre se cierra con un inflexible “vete a casa que ya hablaremos durante la comida”, los dos niños salen disparados hacia la primera esquina que les permite desaparecer del espacio visual del temperamental hombre y se alejan suficientemente para dejar de oír el incesante martilleo. En este momento Pepe recobra su alegría, aunque de su rostro no alcanza a borrarse cierta dureza que, a partir de esta época de su vida, lo acompañará durante el resto de su vida. Pepe duda entre obedecer a su padre e irse a casa o acompañar a Ángel al barrio más pobre del pueblo para ser testigo de sus habituales acciones de caridad, en las que a veces participa.

Ángel observa con atención la lucha ética que atormenta a su amiguito, que tensiona aún más su adusto rostro, hasta que se decide por arrastrarlo, casi a la fuerza, para evitarle la culpa de la decisión. Al llegar al marginal barrio, donde la pobreza se evidencia por el mal cuidado de las viviendas y el terrible estado de las ropas de sus habitantes, Ángel se sienta con naturalidad en la primera escalinata que encuentra, introduce su mano por entre un orificio de su camisa y, como si de un acto de magia se tratara, van apareciendo en su mano trozos pequeños de morcillas, chorizos recortados y colgajos de grasa. Ángel los reparte con inmensa alegría entre los niños que se acercan para recibir ese maná venido de tan singulares manos, y luego corren hacia sus madres para entregarles el increíble tesoro.

El pequeño José María es incapaz de robar un trozo de chorizo para los pobres, cosa que en el código ético de Ángel no genera ni la más mínima objeción, pero lo acompaña siempre que va a la carnicería para ver cómo logra sacar del carnicero, por cada una de las compras que hace, un extra que introduce en un envoltorio separado para los pobres.

También sabe que si por él fuera dejaría morir de hambre a la familia con tal de satisfacer a los más necesitados, y que no asalta totalmente el envoltorio de viandas familiares solo por la preocupación de ser eximido de recadero en lo sucesivo y perderse del mayor placer de su vida.

José María observa en silencio la escena, fascinado sobre todo por la alegría de su amiguito, quien al terminar de vaciar el paquete no resiste la tentación de echar mano de las viandas de su propia familia para satisfacer a los dos últimos pidientes de la fila con dos pequeños trozos de chorizo, arrancados a mansalva de una pieza completa.

De reojo observa la cara escéptica de Pepe, quien no comparte esas ligerezas con los bienes familiares. Tras un breve silencio e intercambio de miradas, los dos estallan en carcajadas y se van de la mano por las calles.

Unos años más tarde, el pequeño José María se empeñó en ser religioso, lo cual acabó con la poca paz que existía en el hogar, pues su padre se negó a aceptar tal vocación. El pobre hombre había luchado tantos años para aprender el oficio de la madera y hacerse a una clientela, que le parecía una ofensa de su hijo no querer continuar su labor, sobre todo teniendo en cuenta que era el único hijo varón. Pero José María, una vez transformado en adolescente, mostró haber heredado la tozudez de su padre y aunque enrojecía hasta el extremo cada vez que lo desafiaba, no vaciló en hacer frente a sus bravuconadas y reafirmó su propósito de hacerse monje benedictino.

En Medellín, el padre José María Berrío fue conocido por décadas como el prefecto de bachillerato que hizo del colegio benedictino un modelo de educación muy aplaudido por varias generaciones de padres de familia, gracias al estricto sentido de la disciplina y del deber que lo caracterizaban.

En el recuerdo de quienes pasaron allí su adolescencia persiste seguramente esa imagen férrea de un monje de hábito negro que dominaba con su muda presencia todos los escenarios posibles de la vida escolar, y a quien no se le escapaba la más mínima transgresión a las normas por los centenares de varones que tenía a su cargo. Sus sanciones eran inevitables, incondonables y sobre todo efectivas.

Logró convertir el autoritarismo heredado de su padre en un instrumento moderado de formación escolar al estilo del siglo pasado. El padre José María reflejaba mejor que nadie esa España autoritaria, adolorida y bastante fatalista de entonces, a la que un buen día había abandonado para salvarse de una muerte segura en el antiguo monasterio castellano en el que le tocó vivir en plena época de la pobreza española de posguerra, soportando mucho frío, y a veces, hambre.

Jamás quiso regresar a su tierra natal, más que como un viajero siempre deseoso de volver pronto a su país, “Colombia”, como solía decir con tono contundente cuando alguien le recordaba su origen foráneo. En las cálidas tardes antioqueñas, contaba a sus alumnos cómo en invierno el agua se congelaba en las cañerías, y cómo unos monjes sin recursos trataban de salvar de la ruina un antiguo monasterio, educando con grandes dificultades a los niños del pueblo vecino.

Pocos conocen la evolución ideológica de José María, que pasó de ser un monárquico carlista en España a un partidario de la Teología de la Liberación en Medellín, cuando estudió teología para hacerse padre; de ser un fiel difusor de los cánones de la moral sexual del catolicismo a un decidido defensor de las libertades humanas en todos los campos; de ser un obediente monje de la era franquista a convertirse en un abierto crítico de algunas decisiones de la iglesia católica.

El pequeño Ángel también se hizo monje. El hermano Ángel mantuvo hasta cuando pudo su pasión por los pobres y especialmente su obsesión por satisfacer las necesidades alimenticias de los desposeídos, por encima incluso de los reglamentos monásticos. De ello fueron testigos quienes estudiaron en el Colegio de la comunidad benedictina, en el que los viejos amigos de la infancia, Pepe y Ángel, compartieron muchos años juntos, el uno como prefecto de bachillerato y el otro como portero del monasterio y del colegio.

Literalmente, el hermano Ángel robaba comida de la cocina para repartir a los pobres que llegaban todas las mañanas a su portería. Dos años antes de que muriera un ex alumno fue a visitar al hermano Ángel al monasterio de Montserrat, a donde se retiró para pasar su vejez. Como siempre rebozaba felicidad y continuaba hablando a una velocidad que hacía casi imposible entender lo que decía, el “hermano metralleta”, como le decían en el colegio por su extraña dicción, se dolía sin embargo de dos cosas.

La primera, la muerte de Pepe. La segunda, el hecho de que en esa Cataluña próspera en la que estaba viviendo no existieran pobres para quienes robar alimentos de la despensa del monasterio, mientras que sus pobres de Colombia seguramente seguían con hambre.

Publicado por: David Roll, profesor de la Universidad Nacional. Incluidos en el libro "Iberoamérica soy yo: relatos de migración". Publicado por la Universidad Sergio Arboleda y la Universdad de Salamanca.

lunes, 8 de junio de 2009

El Equipo de los Arriola “El Medellín”. (1925-1970)

Hace 96 años, en 1913 comenzaba a dar sus primeros pasos uno de los primeros equipos de fútbol de la ciudad de Medellín. Dicho equipo fue creado por algunos entusiastas extranjeros y medellinenses que decidieron reunirse en torno a esta actividad, para pasar sus tiempos libres, practicar un deporte o para compartir con los amigos. El club de fútbol fue fundado oficialmente en 1914 y fue llamado Medellín Fútbol Club.

Durante estos primeros años, el que comenzó a ser un juego introducido a la ciudad por inmigrantes europeos, se consolidó tanto en la sociedad antioqueña, que fue desplazando otras practicas deportivas que comenzaban a aparecer a principios de siglo.

El fútbol día a día sustraía espectadores y practicantes que se convertían en adeptos apasionados, gomosos e incansables que detrás de un balón compartían sueños, expectativas y hacían grandes amigos. Uno de los grandes damnificados de la fiebre futbolera, fue sin duda, el juego de Pelota de Mano o Pelota Vasca que en Medellín era llamado Jai Alai (fiesta alegre en el idioma vasco). Este deporte introducido en la ciudad por inmigrantes vascos, muchos de ellos religiosos, que eran seguidores del tradicional juego importado desde los pirineos. El frontón Jai Alai fundado en 1905, por César Piedrahita tenía su sede en el actual sector de Guayaquil, centro de la ciudad, en los terrenos que eran propiedad de Coroliano Amador. Al parecer no fue desde un principio un deporte muy popular en Medellín, tanto que los terrenos del Frontón Jai Alai se utilizaron como hipódromo y autódromo para realizar las carreras de caballos y carros de la ciudad. El Frontón Jai Alai fue clausurado al poco tiempo después de que su gerente el señor Gustavo Restrepo reportaba inviable la empresa y después de que su propietario Amador iniciara el proceso de urbanización de la zona. Entre las razones que dan para el fracaso de la practica de Pelota Vasca en Medellín fue que el fútbol acaparaba toda la atención de los parroquianos, relegando este deporte al olvido, aunque años más tarde en 1914 otro frontón fue construido en el Campo Deportivo de Miraflores, propiedad de los jesuitas vascos del San Ignacio de Loyola, el cual mantuvo esta practica hasta la década de 1970.

“El Equipo del Pueblo”
Se le llama “Equipo del Pueblo” por cuanto su hinchada recoge toda la pasión popular antioqueña, mostrando la forma como el antioqueño siente y ama todo lo viene de su tierra. El sabor popular provienen de una tradición que se remonta a los primeros años del siglo, cuando el Medellín ofrecía sus primeros espectáculos en la ciudad, enfrentado a equipos formados con anterioridad por extranjeros en Medellín como el Sporting. En estos partidos que se jugaban en escenarios como la manga de Los Belgas, El Medellín ganaba el corazón de sus seguidores, partido tras partido, consolidándose y permaneciendo en la memoria del pueblo. Son recordados momentos de gloria como en la década de los años 20s lo fueron ganar la copa Jiménez Jaramillo, en 1923 y la gira por la ciudad de Bogotá en 1927. En 1928, en los primeros Juegos Deportivos Nacionales, celebrados en la ciudad de Calí, varios jugadores del Medellín formaron la base que representó al seleccionado antioqueño. Después vino la década de 1930, especialmente recordada por los triunfos que alcanzó el equipo, como subir a la primera categoría en 1933 y ganar el campeonato nacional en 1938.

La Familia Arriola
La familia del vasco Jesús Arriola es una de las más distinguidas de la ciudad de Medellín. Este vasco que llegó a la ciudad a finales del siglo XIX, fue un destacadísimo músico que traspasó su arte para el patrimonio del pueblo antioqueño, dejando en Medellín y Antioquia un valioso legado musical. Cuando recién llegó a la ciudad se casó con una antioqueña, con la que dejó una familia numerosa que continuó el legado de su padre; unos consagrados a la música como Roberto y Javier, otros a la educación como Sofía; de igual forma, en el deporte también estuvieron presentes a través del destacado golfista Fernando y los futbolistas Jesús e Ignacio. A su vez, aportaron a las actividades empresariales e industriales, confirmando que sus 16 retoños fueron el legado más valioso que dejó el maestro vasco en estas montañas.


“Los Arriola y Medellín”
Este titulo ilustra la relación de la familia Arriola con el equipo de fútbol “Medellín F.C.”, ya que los Arriolas también incursionaron en esta practica deportiva. Uno de ellos Ignacio Arriola, en 1925 era titular en el equipo que representaba a Antioquia en uno de los primeros encuentros entre clubes en el país. Años más tarde en 1928 representó el departamento antioqueño junto a su hermano Jesús, en los Juegos Olímpicos Nacionales que se organizaron en la ciudad de Cali, ambos Ignacio y Jesús (defensa y delantero, fichados por el equipo Medellín F. C. bajo la dirección técnica del suizo Jorge Herzig. De esta forma, estos hermanos vasco-antioqueños fueron llamados a dejar en alto el departamento en Cali, ciudad hasta la cual se desplazaron sus hermanas y padre, el maestro Jesús Arriola, con el animo de ver jugar a sus hijos futbolistas, pero también para observar el match entre su paisano el corajudo boxeador vasco Paulino Uzcudun, quien en aquella ocasión se enfrentaba al francés Renault en dicho evento.

Sin duda el momento que mejor relaciona la familia Arriola con el Medellín se presentó en 1953, cuando los empresarios vasco-antioqueños, hijos menores del maestro Arriola, Javier y Alfonso Arriola compraron el “Medellín F. C.”, equipo donde habían jugado años atrás sus parientes. Al equipo le dejaron los mismos colores, pero le cambiaron el nombre por “Deportivo Independiente Medellín” (DIM), nombre que se conserva hasta la fecha. Javier Arriola del Valle, fue presidente de la institución entre 1954 y 1958, fechas en las que obtuvo dos títulos del campeonato nacional, uno en 1955 y el otro en 1957. Después Alfonso Arriola ejerció de presidente desde 1958 hasta 1970, también fue una buena administración, pese a que no se alcanzó ningún titulo del campeonato nacional. De manera que la historia del DIM (Deportivo Independiente Medellín) ha estado ligada de una u otra forma a la familia vasco-antioqueña Arriola, la cual le dio momentos de gloria al equipo de fútbol antioqueño, al equipo del pueblo, que conserva una tradición casi Centenaria.

Publicado por John Alejandro Ricaurte

jueves, 21 de mayo de 2009

IMAGENES DE BIZKAIA (VIZCAYA)

El gran parecido de ciertos paisajes de Euskadi con Antioquia y el resto de Colombia fué esencial para que muchos vascos quisieran quedarse en tierras colombianas. Aqui os dejamos tres videos de música de nuestro amigo David, un vasco (aunque nacido en tierras de Extremadura) amante de la tierra Colombiana, en el que muestra sus fotografias de la costa Vizcaina y de su ciudad Portugalete de la que nos enseña el Puente Colgante de Vizcaya. El ultimo video es una expresión por la paz en Colombia, con fotos que él hizo en numerosos viajes a Antioquia.

Esperamos que sea de vuestro agrado.






POR LA PAZ EN COLOMBIA

martes, 19 de mayo de 2009

Los vascos en Colombia

Bajo el legendario árbol de Guernica el nuevo lehendakari del gobierno vasco Patxi López Otamendi asumió esta semana pasada entre aplausos y silencios, con la emoción contenida, el cargo de timonel de los vascos. No hubo discursos, se leyeron dos poemas y un bailarin vestido todo de blanco recreo una coreografia tradicional para ceremonias de cambio de mando.

Aprovechando esta coyuntura histórica que se inicia con la elección de este polémico líder, mas cercano a los socialistas que a los nacionalistas que hasta ahora habían gobernado, quiero recordarle a mis oyentes sobre la presencia de los vascos en Colombia.

Antes de que Colón emprendiese su primer viaje a encontrarse con el nuevo mundo, ya los vascos habían llegado al norte de nuestro continente, a las costas del Canadá y a las nuestras arribaron en el tercer viaje en 1.499, entonces Alonso de Ojeda y el piloto y geógrafo Juan de La Cosa, llamado “El Vizcaíno”, emprendieron la exploración de lo que se llamaba el litoral de tierra firme, los acompaño el geógrafo Américo Vespucci y este puede ser considerado el primer contacto con el sur hemisferio, que iba desde el golfo venezolano de Paria, en las bocas del Orinoco hasta la península de la Guajira.

Luego en 1500 Rodrigo de Bastidas asociado al piloto vasco organiza desde Sevilla una nueva expedición que fue la que descubrió realmente los litorales colombianos. Los vascos han sido migrantes por tradición y han contribuido a la política, a la sociedad, la cultura y la economía de Colombia. Baste citar que los Cano, los Carrizosa y los Echandía entre otros son de origen Vasco.

Llegaron de diversas maneras: la principal por una migración en masa, en condiciones durísimas se endeudaban con los enganchadores que les prometían una mejor vida en el nuevo continente y les prestaban dinero para el viaje.

Cristóbal Colón en su último viaje el de 1.502 en que navegaba La Viscaína, carabela tripulada por el contramaestre Fuenterrabia, por Larriaga, Anzurraga y otros vascos, fue la que en pergamino dejó la primera carta geográfica de estas costas e islas, lo que pudiésemos llamar el primer mapamundi que incluye el nuevo continente, anterior al mapa de Américo Vespucci que dio el nombre al hemisferio. Este documento desapareció varios siglos, lo descubrió el barón Alejandro Von Humboldt en 1832 y hoy se encuentra en el Museo Naval de Madrid y esperamos que una copia se traslade muy pronto a nuestro nuevo museo naval en Cartagena para que lo conozcamos.

Estos primeros conquistadores, fundadores y colonizadores, encomenderos y religiosos ya echaban de menos la pérdida del Euskera y que el Castellano ya empezaba a reemplazarlo. Pero dentro de esta cofradía de vascos que tanto le han aportado a nuestra vida republicana hay que recordarle a los oyentes que tenemos muchos personajes emblemáticos además de los ya citados desconocidos para muchos.

Entre los famosísimos esta Blas de Leso bautizado por Alejandro Obregón el teso su estatua en Cartagena donde apreciamos a medio hombre que con un brazo, un ojo y una pierna defendió con rabia a Cartagena de los piratas que la acediaban. Mas adelante en los albores del siglo XIX aparecieron los próceres de la gesta independentista, con un marcado acento vasco. Están Bolívar, Anzoátegui, Ricaurte, Salavarrieta, Baraya todos ellos motivados por el nuevo pensamiento Francés y norteamericano que promovía con fervor los derechos del hombre.

En la vitrina de los presidentes tenemos a Bolivar denuevo, Aranzazu, a Echandia a Olaya Herrera a Urdaneta Arbelaez. Además están los vascos colonizadores modernos desde Antioquia hacia el sur por la cordillera Central allí legaron los Alzate, los Aguirre, los Arteaga, Arango, Bedoya, Echeverri, Iriarte, Los Gamarra,, los Isaza, Londoño, Marulanda, Ochoa, Orozco, Ospina, Salazar y Uribe.Los gamboa, Gaviria,Ibarra, Mendoza, Mondragon, Múgica, Orozco.

Pedro de Ursua de quien se ocupa con detalle William Ospina en su novela fundó a Pamplona y hay un sinnúmero de nombres geográficos que provienen del país Vasco tales como Vasconia en Cundinamarca Aránzazu nombre de la virgen patrona de los Vascos, Arciniega nombre del pueblo de donde provenía nuestro famoso historiador German Arciniegas, Achury nombre actual de una de nuestras mas prestigiosas ganaderías de toros bravos, Bayona, Bermeo, Bilbao, Bolivar y Carranza origen de nuestro gran poeta Eduardo y de su hija Maria Mercedes, Durango, Gamarra pueblo de la costa y Garay apellido de uno de nuestros colaboradores el musicólogo, Esta también Peralta, Roncesvalles, Samaniego, Vergara, Zarate, Zuñiga, Viana. Todos estos nombres a demás de apellidos corresponden a sitios, veredas, pequeños municipios y corregimientos es el caso de Roncesvalles municipio en el Departamento del Tolima sobre la agreste cordillera central fundada en 1925 por colonos Antioqueños de origen vasco en nostálgico homenaje a los pirineos.

Tomado de: Rodrigo Castaño, Emisora HJCK, junio 8 de 2009

domingo, 17 de mayo de 2009

Instituciones vizcaínas sellan un acuerdo de cooperación con Medellín

La Diputación de Vizcaya, el Ayuntamiento de Bilbao y la BBK firmaron ayer un convenio de colaboración con el departamento colombiano de Antioquia y con su capital, Medellín. El acuerdo, con una vigencia de cuatro años y al que las instituciones vizcaínas destinarán 3.5 millones de euros, plantea actuaciones en el ámbito del desarrollo local y la defensa de los derechos humanos.
El objetivo del programa 'Bizkaia-Bilbao/Antioquia-Medellín', en el que también se integra la Universidad de Antioquia, es contribuir a generar oportunidades de desarrollo social, educativo y económico en los barrios más desfavorecidos de la ciudad colombiana y en otras áreas degradadas de la región. Una de las prioridades de este acuerdo de cooperación es el trabajo por la igualdad de género.
En este sentido, Claudia Restrepo, teniente alcalde de Medellín, resaltó la preocupación de las autoridades colombianas por la «feminización de la pobreza», y aseguró que esta iniciativa servirá para prestar un «especial apoyo a madres cabeza de familia».
El presupuesto del programa, que prevé una contribución de tres millones y medio de euros, estará sufragado en una quinta parte por el Ayuntamiento de Bilbao, mientras que BBK y Diputación aportarán dos quintos cada una. Luis Alfredo Ramos, gobernador de Antioquia, agradeció este apoyo económico y aseguró que los fondos «se gastarán de la manera más eficiente». Además, invitó a las autoridades vizcaínas a visitar la región el año próximo para ver de cerca los progresos realizados.
Estrechar lazos
Diez años después del hermanamiento entre Bilbao y Medellín, el proyecto de colaboración entre ambas ciudades se hace extensivo a sus respectivas demarcaciones. El conocimiento previo ha sido un factor importante para iniciar este nuevo camino en materia de cooperación al desarrollo. José Luis Bilbao, diputado general, resaltó la «experiencia y capacidad de Medellín en el desarrollo de proyectos apoyados en la cooperación internacional».
La comunidad colombiana es uno de los colectivos de inmigrantes más numerosos asentados en Vizcaya, lo que podría facilitar actividades de co-desarrollo en el marco de un trabajo futuro conjunto . Tanto Azkuna como Bilbao hicieron especial hincapié en los lazos que unen a ambas comunidades, y recordaron a los muchos vascos que en el pasado tuvieron que emigrar a Colombia, hasta el punto de que, según explicó el gobernador de la región, hoy en día el 40% de los apellidos antioqueños son de origen vasco.
Tomado de: GUILLERMO ELEJABEITIA, El Correo Dijital, 01 de noviembre de 2008

sábado, 16 de mayo de 2009

Medellinen euskara ikasi/Aprender euskera en Medellin

Medellinen euskara ikasi, Zergatik ez?
Harpidetu zaitez eta era erraz eta doan batean euskara ikasi
Antioquiako euskararen ikaskuntza Zentrua
Medellín – Antioquia – Colombia

Aprender euskera en Medellín, porque no?
Registrate y aprende euskera de una forma sencilla y gratuita
Centro de Antioquia de estudio del euskara
Medellín – Antioquia – Colombia

martes, 12 de mayo de 2009

Visita al Departamento de Antioquia de Michel Sabalza, responsable del instituto HEGOA, Euskadi.

La población joven de los municipios Liborina, Sabanalarga, Briceño, Urrao, Toledo y San Andrés de Cuerquia será beneficiada con un convenio de educación superior suscrito entre la Gobernación de Antioquia y el Tecnológico de Antioquia, en tres áreas: agroambiental, administración financiera y sistemas, anunció el gobernador, Luis Alfredo Ramos en visita realizada al municipio de Liborina. El programa se inicia el 1 de marzo, con 200 personas matriculadas.

El gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, la secretaria de Equidad de Género para las Mujeres, María Isabel Lopera Vélez, el rector de las Universidad de Antioqua, Alberto Uribe Correa, el gerente de la Sociedad Pescadero Hidroeléctrica Pescadero Ituango Guillermo Gómez Atehortúa, el señor Michel Sabalza, representante del grupo de cooperantes del país Vasco y otro grupo de funcionarios visitaron el municipio de Liborina, uno de los seis favorecidos, con un convenio entre la Gobernación de Antioquia y el país Vasco.

“Este es un proyecto social cofinanciado con el país Vasco, vamos a tener en la región programas de educación y formación, especialmente para grupos de mujeres, de tal forma que ellas tendrán una gran responsabilidad en el desarrollo de la región, señaló el mandatario Seccional.

Adicionalmente, se refirió a los proyectos productivos que serán instalados en los mismos municipios: de piscicultura, avicultura, porcicultura, ganadería y agrícola, proyectos que favorecerán a 1.080 mujeres, y que son cofinanciación por la Gobernación de Antioquia y el país Vasco.

A su vez, la Titular de Equidad de Género para las Mujeres se refirió al compromiso de la Entidad que representa, y que a su vez evidencia el compromiso del Gobernador con la formación de las mujeres del Departamento de Antioquia, y que permitirá que las mujeres contribuyamos al desarrollo económico, social, político y de nuestras poblaciones. El reto es formarnos, porque nuestro compromiso es que en las próximas elecciones sean muchas más las mujeres en cargos públicos”.

Michel Sabalza, expresó su admiración por la visita a esta regióny relató brevemente la forma en que fue aprobado el convenio firmado con la Gobernación de Antioquia “nosotros lo que queremos es acompañar, no decirle a las regiones lo que deben hacer, como es usual en la cooperación internacional.”

De otro lado, Sabalza, equiparó el machismo de Colombia con el de España, pero puso en evidencia como desde hace algunos años, se iniciaron unas políticas para tratar de ir superando las desigualdades que se presentan en las relaciones entre hombres y mujeres.

“Se pusieron en marcha varias políticas… porque allá las licitaciones de obras públicas se hacen con enfoque de género, lo que quiere decir que el proyecto Pescadero Ituango, si existiese esa política en Colombia debió haberse hecho desde ese presupuesto de enfoque de género. Debe buscarse una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres, por eso exigimos que hágase lo que se haga debe estar orientado a mejorar la desigualdad que ahora existe, aclaró: “este es un presupuesto sencillísimo de entender, difícil de trabajar porque los hombres tenemos mucha resistencia, en casa, en el trabajo”.

Tomdao de: GOBERNACIÓN DE ANTIOQUIA/GERENCIA DE COMUNICACIONES - DIRECCIÓN DE INFORMACIÓN Y PRENSA, Medellín, febrero 12 de 2009.

sábado, 25 de abril de 2009

Memorias de una Vasca en el Oriente Antioqueño

Llegó del País Vasco cargada de expectivas y de miles de recomendaciones de su familia y amigos, “vamos que debes tener mucho cuidado, !cómo te atreves a viajar a ese país tan peligroso!, !pero chavala estás loca!”, le decían algunos de sus amigos y compañeros de la Universidad, “ por favor me llamas todos los días”, le decía su madre.
Nerea Ganzaraín, una joven Vasca , fresca y arriesgada, no lo pensó dos veces para aplicar al intercambio auspiciado por AMARC, Universidad del País Vasco, Círculo Solidario de Euskadi y La Fundación Colombia Multicolor. LLenó sus maletas de ropa para un país tropical, empacó su portatil, cámara de video y pisó la tierra del Oriente Antioqueño el 15 de Julio.
Se encontró con una tierra fresca, gente amable que al escucharla hablar le realizaban más y más preguntas, sólo para deleitar sus oídos con ese nuevo y singular acento Vasco que en todos los años de su existencia jamás habían escuchado, en Guatapé todos los días se le acercan algunos niños y jóvenes para preguntarle sobre el País Vasco, cómo es la gente, el paisaje o a que se dedican los jóvenes.
LLeva tres semanas en el Oriente y según ella está alucinada con la cantidad de proyectos y procesos participativos que hay en la región, “por lo que he visto aquí la participación es real, muy contrario a lo que pasa en mi país, de verdad que estoy alucinada viendo como las mujeres, los niños, los campesinos, las víctimas de la violencia participan activamente en los talleres, encuentros y capacitaciones que se dan todos los días”, agregó Nerea.
La agenda de la chavala está repleta de citas y compromisos, los martes y jueves con los colectivos de comunicación de niños y jóvenes de Guatapé, los miércoles con el colectivo de El Peñol y el viernes y sábado con los grupos de comunicación de Marinilla. Verla en los talleres es todo un espectáculo, se confunde con ellos, juegan, ríen, se la gozan; pero lo más maravilloso es que aprenden mucho, ambos, tanto ellos de los conocimientos de ella, como Nerea de la cultura paisa, son como esponjas que van absorbiendo poco todo lo que les llega.
Para los colectivos de jóvenes todos los conocimientos traídos por Nerea son nuevos, lo más importante es que han aprendido muy rápidamente y ya están poniendo en práctica todas las enseñanzas, están haciendo animación con plastilina, contando historias en video, haciendo uso de las narrativas audiovisuales y dándole rienda suelta a su infinita creatividad y a sus sueños de contar sus propias historias a través de esa caja mágica que atrapa todos los días tantas horas de atención de miles de millones de personas en el mundo.
Hoy el proceso de comunicación del Oriente Antioqueño, la red de television comunitaria y algunas organizaciones de base, se están fortaleciendo con este diálogo de saberes, un intercambio de experiencias que empieza a tejer lazos de amistad y a sembrar semillas de trabajo conjunto entre regiones muy lejanas, que se acercan día a día a través de este importante proyecto llamado “Comunicación Distinta entre Mundos Distantes”.

Autor: Comunicación para la Ciudadanía y la Paz, 08 de julio del 2008

sábado, 4 de abril de 2009

FRASES SOBRE VASCOS Y ANTIOQUEÑOS

Sobre los vascos que llegaron a Antioquia en la colonia

Se ha dicho con razón que los vascos dieron una importante a la riqueza antioqueña que puebla la cordillera central del país, en los departamentos de Antioquia y Caldas. Así lo demuestran los apellidos de tantas familias de la montaña, y la idiosincrasia libre, particularista y tradicional de la sangre de los Aguirre, Alzate, Aranza, Arbeláez, Aristizábal y Arroyave, de los Arrubla, Arteaga, Atehortúa, Avendaño por solo enumerar algunos de los apellidos antioqueños de la primera letra del abecedario.

Francisco de Abrisqueta, (1983).

...Por lo que al inmigrante español, Antioquia le tuvo de buena calidad, del norte de la península en un treinta por ciento mas o menos, con andaluces, castellanos, etc. Ahí fueron gentes de mucha empresa, porque al aislarse en tales desfiladeros, secuestrados del mundo por selvas y lomas abruptas no era aperitivo de pusilánimes.
Esto explica la relativa homogeneidad del pueblo antioqueño en carácter y costumbres: unos centenares de familias, de las cuales más de ciento eran vascongadas, lo formaron en el transcurso de varios siglos.

Luis López de Mesa, (1970).

Con todos los hidalgueños venidos a este valle, de preferencia vascos, castellanos, extremeños, gallegos, satures, andaluces, en fin montañeses peninsulares.

Livardo Ospina (1967).

...Esos curas eran vascos fornidos, nobles, corajudos; jamás viles. Quien tomare a mal lo que describo, no entiende lo único bello que ha tenido en humanidad Suramérica: este nido de vascos, Antioquia.

Fernando González Ochoa (1936 - 1945).

¿Qué te une con Euskal Herria? ¿Tienes familia allí?
Mis lazos con Euskal Herria, según parece, son muy antiguos. Lo mismo sucede con casi todos los descendientes de vascos en Antioquia, pues hace ya casi 200 años dejaron de venir masivamente a la región, principalmente por haberse cortado los vínculos coloniales que unían a América y España. Aunque en épocas posteriores vinieron algunos centenares de vascos, éstos no constituyeron una cuantía significativa con respecto al total de la población, como sí sucedió en la era colonial; sin embargo, estos nuevos inmigrantes dejaron obras que bien valen la pena destacar.

John Alejandro Ricaurte (2008).

Sobre apellidos vascos en Antioquia

...No hay menos de un centenar de apellidos del País vasco en Antioquia, cuyos hijos se hallaron como en su propio suelo..., dejaron aquí una dilatada herencia que perdura.

Emilio Robledo, (1932).

...Los vascos se sienten ufanos de ver entre los nombres antioqueños tantos apelativos familiares de Euskadi, los Arismendi, Barrenechea, Chavarriaga, Echevarria y Echeverri, los Elejalde, Elorza, Gaviria, Izaza, Londoño, Los Marulanda, Ochoa, Olózaga, Orozco, Ospina, Zuluaga, y otros muchos más que llegaron de las abruptas montañas vascas a las bravas montañas antioqueñas.

Francisco de Abrisqueta, (1983).

...Un fenómeno que siempre me ha sorprendido es la cantidad de apellidos vascos que hay en este país. En la zona de Medellín principalmente.

Xavier Santxotena, (2007).

...aquietar la curiosidad de las familias colombianas que portan apellidos eusquéricos ...A ello me induce, á más de las razones indicadas y el cariño que profeso á esta región tan parecida a la mía en costumbres y apellidos, el ser mi lengua nativa la que dio origen a dichos apellidos.

Luis Gorostiza, (1912).

...hoy en día el 40% de los apellidos antioqueños son de origen vasco.

Luis Alfredo Ramos, (2008)

Sobre el apellido Aristizábal

Apellidándote Aristizábal, la txapela vasca te asoma por alguna parte... -Así es. Mis abuelos son todos colombianos, pero descendemos de los vascos que llegaron hace trescientos años a Colombia y se establecieron en Antioquia.

Juan Esteban Aristizábal, (2005).

...Hay cantidad de apellidos vascos por allá. Si vas a Medellín o a la región, sabrás por qué se quedaron: el paisaje es exactamente igual.

Juan Esteban Aristizábal, (2007).

Lo que uno debe coger es mirar su árbol genealógico y partir de él, descifrar no qué tan español se es, sino qué tan vasco, qué tan gallego es uno...

Roberto Luis Jaramillo, (2007).

Sobre los rasgos que comparten vascos y antioqueños

Hay algo mas parecido al pueblo vasco que el antioqueño?
Que lo digan: el carácter migratorio de sus habitantes, su individualismo feroz, su espíritu de economía y orden, su respeto al padre, su cariño lírico e inasible por la madre, su religiosidad y su alegría por las fiestas del culto. Su fanfarronería más gascona que andaluza, su especialidad en palabras de grueso calibre, en vizcaínos, su tendencia a las apuestas, sus convites campesinos, su capacidad poética y su admiración por las trovas, su belicosidad cuando se les trata en forma áspera, su sensación de personalidad aunque se enmascare en una timidez campesina, su gusto casi vital por el cerdo y sus derivados, su amor casi anatómico a la sensación de libertad. “Lleva el hierro entre mis brazos por que en el cuello me pesa” y en mas que nada se parece al vasco que ha cantado de siglos:
Navarrisco valiente,
Que ni Dios pué con ti,
Y contigo no puede,
Porque Dios te hizo así.
Es el pueblo antioqueño, raza vascongada que va buscando la montaña como la aguja al imán y así va esparciéndose en el territorio patrio, en el abanico de nuestras cordilleras. Con sus docena de hijos, con su tiple y con su hacha, y con su confianza en si mismos, que los hace sentirse estrechos en los lares paternos.

Joaquín Ospina, (1955).

Respecto a los vascos, se encuentran semejanzas con los paisas que podrían comprobar la hipótesis de que áquellos hacen parte del ancestro de éstos: son dueños de un espíritu orgulloso y enaltecedor del trabajo duro, poseen un territorio montañoso donde han desarrollado desde siempre trabajos de minería y pastoreo, han alcanzado cierto desarrollo industrial y, en cuanto a la indumentaria, puede notarse la utilización de la boina vasca por parte de los paisas.

Wikipedia, (2008).

Por todo ello, algún historiógrafo les dijo a los antioqueños “hombres esforzados, legítimos representantes de los vizcaínos sus ascendentes y las hermosas mujeres de ojos negros, genuinas representantes de la raza caucásica”, refiriéndose, tal vez, a la teoría del origen caucásico del pueblo vasco.

Francisco de Abrisqueta, (1983).

Yo tengo el honor de exponer puntos de vista de vivencias muy largas, vívidas y vividas en la región de donde yo soy, Antioquia. Allí la población ha estado gradualmente compuesta por gentes descendientes de inmigrantes vascos. De manera que más de un centenar de apellidos corrientes son de inequívoco origen vasco, las costumbres son igualmente, no diré que exactamente trasunto las unas de las otras, pero sí con muchos rasgos similares. Por ejemplo, el ahínco en el trabajo, el apego a la tierra, la religiosidad, el culto de la familia... Y ante todo, el sentido emprendedor, el no arredrarse ante las dificultades sino tomarlas como oportunidades.

Belisario Betancur, (2004).

Eso del espíritu emprendedor, andariego, fundador, industrioso; eso de la palabra empeñada y la afición al juego; y sobre todo, la religiosidad, la consistencia de la familia y de la alta natalidad, y el empeño autonomista en un marco de montañas pobres y subsuelo rico es exactamente, la descripción real que viajeros, sociólogos y antropólogos han hecho del pueblo vasco.

Francisco de Abrisqueta, (1985).

...El suelo de Euskadi es helecho y el helecho es la alfombra de Antioquia. Tenemos los vascos nuestras dos arepas, la de miga y la delgada que llamamos borona y talo respectivamente (tela llaman ustedes a la delgada). Maíz es el cultivo de fondo de Antioquia como en Euskadi. Todos los picos y farallones del mundo están repartidos, a partes iguales, entre Euskadi y Antioquia. Vascos y antioqueños tenemos la misma cara, en forma de V. Y para remate, el directorio telefónico de Medellín parece el directorio telefónico de Bilbao: los mismos Londoños, Arangos y Echevarrias

Luis Miguel de Zulategui, (1949).

Sobre la llegada de vascos a las montañas de Antioquia

...encontraron más a su gusto el juego de colinas y ondulaciones de los campos de la Marinilla. Allí encontraron gentes oriundas también de la remota Vizcaya o de Guipúzcoa y Alaba establecidos de tiempo atrás en holgura social y económica.

...Tal vez encontraban en los riscos empinados el recuerdo vivo de sus cumbres y breñas, así como el de sus valles, amplios algunos, angostos y oscuros otros.

...Pues Caramanta, indudablemente sin pretenderlo, se concentro una verdadera colonia vasca, a juzgar por la proliferación de los Aguirre, Alzate, Arcila, y Arteaga, de los Arango y Aristizábal, de los Chavarriaga, Echeverri y Galeano; allí los López y Montoya, Obando, Ochoa y Orozco; en Caramanta todo lo Osorio y Ossorio; todo lo Ossa y Salazar: lo Saldarriaga, lo Uribe, lo Valencia; lo Vélez y Zabala.

José Gallego Osorio, (1991).

...Durante estos días he visto por la calle rostros que me recordaban las facciones de mi padre. Es también sabido que los vascos tuvieron un peso importante en el poblamiento de Antioquia. El sociólogo Luis López de Mesa ha escrito estudios muy interesantes sobre la incidencia del País Vasco en la conformación del pueblo antioqueño. Yo nací en esa región, en Yarumal, un pueblecito que está muy cerca de Medellín.

Oscar Zuluaga Uribe, (2005).

Sobre el espíritu empresarial antioqueño

Para muchos, la clave de la personalidad cultural del pueblo antioqueño es su ancestro vasco predominante; para otros, el reto del contorno físico en una naturaleza abrupta y pobre, complementada con el aislamiento de tres siglos gracias a las poderosas barreras naturales que solo permitieron un débil cordón umbilical con el resto de la República hasta iniciado el siglo XX. Para los demás, lo verdaderamente importante fueron las exigencias de la economía minera que labro el espíritu de aventura, amigo de correr riesgos, el trabajo igualitario, el gusto por las faenas materiales, la necesidad de la asociación de capitales para distribuir el riesgo, etc. No falta quien sostenga que lo ocurrido es simplemente un gran esfuerzo colectivo por demostrar al resto de los colombianos, una cierta superioridad de capacidades, como respuesta al desprecio que en épocas anteriores, ciertos grupos colombianos dominantes, manifestaban por un conglomerado al que juzgaban inferior y retardado culturalmente.

Octavio Arismendi, (1966).

Sobre los gustos musicales que comparten vascos y antioqueños

...Según Adien Planté, el propio Voltaire definió al pueblo vasco, ascendiente directo del antioqueño, diciendo: “Es un pueblo que, montado a caballo en el pirineo, pasa su vida cantando”. La raza antioqueña, cabalgando sobre los Andes, cruza la vida sin abandonar la lira. Como todos los montañeses de la tierra, domina el suelo bravío entre canciones, se extasía con las armonías y, como todos los pueblos montañeses, ha arrancado a las cortezas de los árboles su chirimía, el instrumento pastoril con que decir a los valles sus cuitas.

Luis Miguel de Zulategui, (1940).

Sobre Jesús Arriola

Orgullo del solar vasco que te vio nacer; digno sucesor de tu tío, el gran maestro Ambrosio Arriola, respetado y admirado hoy mismo en los círculos de la critica, a pesar de la época de decadencia musical en que vivió; dejas bien puesto el nombre de tu patria como artista, y sobre todo como caballero. Tu mejor legado para tus hijos es la enorme responsabilidad que queda sobre ellos, de seguir el ejemplo de tus virtudes cívicas y cristianas, a la vez que la educación que les brindaste, merced a la cual te han honrado e imitado hasta ahora, y seguirán haciéndolo con mayor tesón adelante.
Y para mi, que en ti tenia al único paisano y amigo confidente, me queda el consuelo de poder contar a la madre patria como sirven y mueren sus hijos fuera de ella, y cuanta es la hidalguía de este pueblo, que así acoge y honra a sus descendientes, los vascos

Luis Miguel de Zulategui, (1931).

Sobre Luis Miguel de Zulategui

...Zulategi, como escuetamente le decían sus amigos, echó raíces definitivas en tierras de Antioquia; su esposa, Blanca Mejía de Zulategi y sus hijos se empaparon de la recia tradición vasca del noble artista ahora desaparecido, quien a su turno se tornó antioqueño, como tantos de sus antepasados.

Otto de Greiff, (1970).

Sobre Camilo Antonio Echeverry

El origen de su apellido fue motivo para que se asentara por un tiempo, entre la élite intelectual, la idea de que los antioqueños conformaban un grupo aparte porque descendían en su mayoría de los vascos de España.

Juan Camilo Escobar Villegas, (2007).

Sobre Blas de Lezo

Lezo era vasco. ¿Hubo muchos vascos en la conquista de América y, luego, en la vida posterior de los virreinatos (comerciantes, soldados, gobernantes, clérigos...)?
-La verdad es que a la pericia navegante de los vascos se debe el mantenimiento del comercio con América por la construcción de buques mercantes y de guerra. Sus marinos fueron destacadísimos en empresas de esta índole, amén de que el departamento (provincia) más próspero de Colombia, Antioquia, se debe a la colonización vasca y a su empuje empresarial.

Pablo Victoria, (2007)

Sobre las relaciones entre los gobiernos de Euskadi y Antioquia

...es Antioquia, tierra de los vascos también en Colombia y la verdad es que para mí ha sido un honor el cumplir la promesa y ser recibido por su hermano Aníbal Gaviria, gobernador de Antioquia, quien conjuntamente con este pueblo ha dado muestras del cariño que tienen por la sociedad vasca.

Juan José Ibarretxe, (2007).

Fue jugosa y completa la visita a Colombia, donde se celebró en particular las "profundas y antiguas raíces que unen a Euskadi y Antioquia".

Manuel Montero, (2007).

Autor: John Alejandro Ricaurte

jueves, 15 de enero de 2009

Los vocablos, apellidos y etimologías como manifestaciones latentes del uso del euskera en Antioquia

A menudo me han preguntado que si hubo migración vasca en Colombia y en el caso particular en Antioquia, porqué no hemos tenido noticias del euskera y su uso en esta parte de América? La anterior pregunta quizás se presenta por la tendencia a pensar que el euskera es una lengua inmensurablemente ajena a nosotros.
Sobre este particular me puse en la tarea de investigar sobre el uso del euskera en Antioquia y encontré que se ha sabido del uso del euskera en esta parte de América desde épocas coloniales hasta nuestros días.
Por otro lado, existen en castellano palabras que pueden tener sus raíces en el euskera, las cuales usamos asiduamente, entre ellas podemos citar: Alud, Aquelarre, Arroyo, Ascua, Becerro, Bizarro, Boina, Chaparro, Charro, Chatarra, Chispear, Garrapata, Izquierda, Pestaña, Pizarra, Socarrar, Vega, Zanca, Zorra, Zurdo, Zurrón.
Así mismo, otras palabras que en castellano pudieran tener alguna raíz vasca podrían ser: Chiquito; Galápago, Gazapo, Madroño, Manteca, Maraña, Mochila, Muérdago, Parra, Parranda, Sapo, Sarna, Sarro, Urraca, Vasco, Vizcaíno, Barranca, Barro, Bayoneta, Chaparrón, Charco.
Lo anterior nos indica que por algún motivo en nuestra cotidianidad hemos pronunciado palabras que tienen un origen remoto en el euskera, sin siquiera imaginarlo.
También es un hecho concreto que toda vez que nombramos algún apellido que tiene etimología euskalduna que ha estado afincado en nuestra región, estamos ni más ni menos hablando en el antiguo idioma de los vascos, el euskera. Algunos de los cuales son tan comunes y cercanos a nosotros, pero que por desconocimiento ignoramos su significado. Como muestra de ello a continuación adjunto algunos de los apellidos vascos más frecuentes en Antioquia y su posible etimología del euskera:

Aguirre ← agirre ← ager(i), manifiesto, patente.
Alzate ← alza, aliso + ate, paso, lugar.
Amézquita ← amezketa ← amez, carballo, quejigo + keta, abundancia: apellido
Ancízar ← anzi, fango + zu, abundancia.
Anzoátegui ← anzoategi ← Anzo, Sancho + tegi, lugar.
Apráez ← apraiz ← Aper, Aper, nombre de persona + –iz, –ez (genitivo lat.).
Arana ← aran, valle + –a, el (artículo).
Aranguren ← aran, valle + guren, límite.
Arbeláez ← arbelaiz ← arbel, pizarra + aiz, peña.
Arce ← arze, pedregal.
Argáez ← argaiz ← arri, piedra + gaiz, enorme.
Aristizábal ← areiztizabal ← areiz, roble + zabal, ancho, plaza.
Arizabaleta ← areizabaleta ← areiz, roble + zabal, ancho, plaza + eta, abundancia.
Arizmendi ← ariz, roble + mendi, monte.
Arrieta ← arri, piedra + eta, abundancia.
Arroyabe ← arroia, arroil, desfiladero + behe, suelo, parte inferior.
Arroyo ← arroia, arroil, desfiladero ← arrugia, mina de oro ← rugia, canal, riachuelo.
Ayala ← aia, declive.
Barreneche ← barrenetxe ← barren, extremo inferior + etxe, casa.
Berrío ← berri, nuevo + –o (suf. adj.).
Bolívar ← bolibar ← bol, molino + ibar, vega.
Borda ← borda, caserío.
Caicedo ← Kaizedo, pueblo vasco.
Carvajal ← carvajo ← carba ← karba, roble.
Chávez ← etxebe ← etxe, casa + behe, suelo, parte inferior.
Cortázar ← kortazar ← korta, establo + zahar, viejo.
Duarte ← d, de (lat.) + uarte, confluencia de ríos.
Durango ← Turanko, nombre de persona.
Echandía ← etxeandia ← etxe, casa + handi, grande.
Echeverri ← etxaberri ← etxe, casa + berri, nuevo.
Elejalde ← eleizalde ← eleiz, iglesia + alde, lado.
Erazo ← era, ? + zo, abundancia.
Esguerra ← ezkerra ← eskerra, zurdo.
Esquibel ← eskibel ← es, peña + gibel, parte posterior.
Galarza ← galar, leño + za, abundancia.
Gamarra ← gamarra ← gamarra, correa para amarrar el caballo.
Garay ← garai, granero.
García ← Garzia, nombre de persona.
Garnica ← garnika ← gar, ? (vas.) / garn, ? (íb.) + ika, finca (cel.).
Gaviria ← gabiria ← gabi, mazo + –iri, cerca.
Guevara ← Gebala, población vasca.
Ibarra ← ibar, vega.
Iriarte ← iri, villa + arte, espacio.
Isaza ← isasa, retama.
Izaguirre ← aizagirre ← aiz, viento + ager(i), manifiesto, patente.
Jaurégui ← jauregi ← jaur, jaun, señor + egi, lugar.
Loyola ← loiola ← loi, lodo + ola, cabaña.
Maturana ← Matur, nombre de persona + ana, villa.
Mendieta ← mendi, monte + eta, abundancia.
Mendoza ← mendi, monte + oza, frío.
Mojica ← moj, ? (vas. / cel.) + ika, finca (cel.).
Muñoz ← Mun, nombre de persona + –oz (sufijo patron.).
Navas ← nava ← naba, llanura.
Ochoa ← Otxoa, nombre de persona ← otso, lobo.
Olave ← olabe ← ola, cabaña + be, suelo.
Olano ← ola, cabaña + –no, –ito (suf. dim.).
Orozco ← orozko ← oroz, ? + ko, lugar.
Ortega ← elortegi ← elor, espino + tegi, lugar.
Ortiz ← Orti, nombre de persona + –iz, –ez (genitivo lat.).
Ospina ← ozpin, vinagre.
Otálora ← ota, brezo + lora, flor.
Rentería ← errenteria, aduana.
Ricaurte ← rekaurte ← errek, arroyo + arte, espacio.
Salazar ← sala, casa + zahar, viejo.
Saldarriága ← zaldi, caballo + arri, piedra + aga, lugar.
Sarasola ← sarats, sauce + ola, cabaña.
Solarte ← solo, campo + arte, espacio.
Suescún ← sueskun ← sues, ? + gune, lugar.
Upegui ← upegi ← upa, barril + gi, casa.
Uribe ← uri, villa + behe, suelo, parte inferior.
Urquijo ← urkizo ← urki, abedul + zo, abundancia.
Urrea ← urri, avellana.
Useche ← usaetxe ← uso, paloma + etxe, casa.
Vargas ← varga ← *barga, campo inundado, pendiente de una cuesta.
Vega ← *baika, llano, llanura.
Velandia ← belaundia ← belar, cuervo + handia, grande.
Velasco ← belasko ← belar, cuervo + –sko, sufijo afectivo.
Vergara ← bergara ← berga ?
Zabala ← zabal, ancho.
Zuleta ← zulo, cueva + –eta, suf. de lugar.
Zuluaga ← txuloaga ← txulo, hueco + aga, lugar.

Todo lo anterior sirva para demostrar que el euskera no es un idioma exótico y descomunalmente lejano a nuestra historia y realidad. Por el contrario, pudiéramos pensar que así como euskera ha formado parte de nuestra historia y cultura, constituye también parte de nuestro patrimonio cultural.

Autor: John Alejandro Ricaurte

viernes, 2 de enero de 2009

TRAS LAS HUELLAS DEL EUSKERA EN ANTIOQUIA

El uso del euskera en el actual territorio antioqueño se remonta a las primeras exploraciones ocurridas en 1499 en el golfo de Uraba, durante el tercer viaje de Colon, pues se dice que desde ese momento se hacia sentir una fuerte presencia de vascos. Algunos tan destacados como el piloto y geógrafo Juan de la Cosa, apodado “El vizcaíno”.

De ahí en adelante, los vascos comienzan a venir regularmente y se distribuyen por toda la geografía nacional. Por esta presencia es que el departamento colombiano de Antioquia ha sido considerado como un eje importante de la inmigración vasco-navarra, principalmente durante la época colonial cuando centenares de vasco-navarros migraron por estar vinculados a las empresas de colonización españolas. Vinieron especialmente entre los siglos XVII y XVIII, al presentarse una oleada de inmigrantes peninsulares que en esta ocasión venían de la zona norte o cantábrica y de los pirineos. Según Francisco de Abrisqueta los vascos y navarros emigrados durante el siglo XVIII vinieron especialmente, gracias a dos movimientos importantes, como lo son: el de guipuzcoanos, enrolados en la Compañía Guipuzcoana de Caracas con cede en San Sebastián y el de navarros, traídos por los virreyes y funcionarios ilustrados de la administración colonial neogranadina como los virreyes vasco-navarros Eslava, Guirior, Mendiueta y Ezpeleta.

Para quienes se han interesado por investigar sobre la presencia vasco-navarra en el departamento de Antioquia y en Colombia, una de las preguntas que les ha inquietado es sobre el uso y permanencia de la lengua vasca en sus actuales territorios. Dado que se cree, por ejemplo para el caso antioqueño (una comarca pequeña, a donde llegaron unos centenares de peninsulares de los cuales una buena porción eran vascos y navarros) que quedaron algunos aspectos de la cultura y tradiciones implantadas por los colonos vascos, sin hacer mención a su particular idioma. Todo esto porque se ha hecho impreciso rastrear el uso del euskera en el actual territorio antioqueño y colombiano, debido a que siempre fue una lengua marginada y al parecer no quedaron evidencias escritas.

A este respecto, es apenas previsible que la corona española para mantener el monopolio de las empresas de ultramar, mantuviera políticas de restricción a los ciudadanos que no pertenecieran al entonces imperio español, mucho menos permitía que se hablaran otras lenguas distintas al idioma castellano. De manera que aquellos vascones invitados a participar de las empresas de colonización en indias, y los extranjeros en general, tenían que conocer el idioma oficial, es decir, el castellano; de ahí el predominio de vascos y navarros castellano-parlantes o bilingües. Pese a esta restricción, es posible rastrear en la historia de esta parte de América referencias a la antigua lengua de los vascones.

La referencia más clara la tenemos a partir del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en la que un núcleo de vascos hablaba el vascuence en el Darién, el bilbaíno Francisco de Abrisqueta amplia lo dicho en su obra titulada Presencia Vasca en Colombia, en la que cita a Jerónimo Kolhler para afirma que “Según Oviedo en la primera colonia fundada en la masa continental americana ubicada en el Daríen, existía ya una fuerte presencia de vascos en suelo colombiano. Estos hablaban su idioma natal entre sí – serian ellos los que utilizaron su lengua para disponer secretamente la elección popular de Martín Zamundio a la primera alcaldía de tierra firme – “eran muchos idiomas, parte escoceses, parte ingleses, flamencos, la mayor parte vizcaínos – este era el gentilicio para todos los vascos – y españoles e italianos, cerca de treinta personas que en apuro no comprendían el uno al otro”.

Otra referencia que se tiene muy antigua del empleo del euskera, ya en territorio colombiano, se dio en relación a Lope de Aguirre, un guipuzcoano apodado el “Loco”. Aguirre con su rebeldía llegó a desafiar el imperio español, realizando actos en contra de los súbditos de la corona española. Pedro de Ursua un navarro fiel al rey español, quien además fue el fundador de la Pamplona del oriente colombiano, expresó que este podía persuadir a los soldados de Aguirre a que se le revelaran, si les hablaba en euskera.

Volviendo al caso antioqueño también podemos observar algunos indicios que nos hablan del empleo del euskera, aunque las referencias provienen de épocas más recientes como el siglo XX. Esto en parte porque a diferencia de otros países del continente americano, en Colombia durante buena parte del siglo XIX se redujo considerablemente la inmigración peninsular, al punto que una vez pasadas las guerras de independencia esta migración fue minúscula en comparación con épocas anteriores. Para finales del siglo XIX el país apuntaba hacia una nueva política para favorecer la inmigración, cambiando la preferencia de los inmigrantes de la Europa septentrional, hacia los auxiliares que para la época migraban de España. De los vasco-navarros tenemos la llegada de unos cuantos inmigrantes de los que se presume hablaban euskera, como el vizcaíno Jesús Arriola, quien le puso por nombre a su finca ubicada en una colina del municipio de La Estrella “Izarmendi”, monte de estrellas en el idioma de los vascos.

En especial se promovió la llegada de comunidades religiosas provenientes del país ibérico, dentro de la que llega una nueva oleada de inmigrantes vascos y navarros. Por ejemplo, se destacaron los jesuitas, quienes realizaron números aportes en varias ramas, principalmente en la educativa. En Antioquia el jesuita Luís Goroztiza produjo algunas reflexiones sobre la lengua vasca, en la investigación etimológica que realizó en 1912 sobre los “Apellidos Vascos en Colombia”; el religioso lo hizo motivado por el parecido que encontró entre la región vasca y la antioqueña, en cuanto a paisajes y carácter de sus gentes; pero en especial, sorprendido por la frecuencia en que presentan los apellidos vascos en el departamento de Antioquia, indicando que fue su lengua materna la que dio origen a dichos apellidos.

Otra referencia a la lengua vasca la encontramos en los Carmelitas Descalzos, comunidad religiosa que vino al departamento de Antioquia en 1914, dentro de la cual se destaca la gran participación de religiosos vasco-navarros. Estos presbíteros realizaron varias investigaciones sobre las lenguas habladas por los indígenas pertenecientes a las familias Kunas y Katias que poblaban la región, encontrando similitudes entre su lengua materna, el euskera, y las lenguas habladas por esta familia lingüística. Parte de sus investigaciones fueron recopiladas en varios textos, e incluso publicadas en 1936, en el diario Euskadi de Bilbao, por Luís Arbeloa un bilbaíno que había sido cónsul honorario por Colombia en esta capital, quien de igual forma, destaca el parecido entre ambas lenguas.

Durante el exilio de 1936 varias familias vascas y navarras migraron hacia Colombia, muchas de estas familias eran vasco-parlantes y produjeron incluso textos en euskera sobre poesía como El Parnaso Colombiano, de igual forma, tradujeron del castellano al euskera, algunas obras literarias de autores colombianos. En Antioquia en el ámbito artístico se destacó especialmente el crítico y compositor de música de origen navarro Luís Miguel de Zulategui, quien además sobresalió como escritor y traductor de euskera. Según su hija Libe era un estudioso del idioma vasco, en su biblioteca personal se conservan sus primeros estudios realizados a principios de siglo en los conventos carmelitas, comenzados a temprana edad, donde además aprendía otras lenguas antiguas como el latín. Sin embargo, fue a avanzada edad cuando llegó a dominar el euskera, convirtiéndose según su hija en una persona muy influyente para la lengua vasca en América, debido a que realizaba traducciones a sus colegas en Méjico, Venezuela y Argentina. Todo ello al igual que su obra lo hizo de manera anónima y desinteresada, es por ello que su labor es poco conocida y poco comentada en las investigaciones realizadas sobre el exilio español. Otro caso que vale la pena citar para el departamento de Antioquia y el país, se relaciona con la novela Bizia Garratza (La vida es amarga), realizada por el político y escritor guipuzcoano Juan Antonio Irazusta, editada en Argentina por la editorial EKIN. Esta novela fue escrita en euskera y en ella se encuentran pasajes referentes al territorio antioqueño y colombiano, resaltados por Irazusta en su experiencia como exiliado en el país.

Así mismo, cada inmigrante vasco de una u otra forma, ha traído consigo algo de su idioma nativo y lo ha traspasado a nuestra región. Por esto el euskera, se ha hablado y se habla hoy por hoy en nuestro departamento; además no olvidemos que toda vez que nombramos algún apellido vasco afincado en nuestra región, estamos ni más ni menos hablando en el antiguo idioma de los vascones.

John Alejandro Ricaurte

Zorionak Eta Urte Berri On (2022)

¡Zorionak guztioi Antioquiatik, lagun maiteok!